Valero impulsa el desarrollo de procesadores en Europa para defender su soberanía digital, la libertad de sus ciudadanos y la competitividad empresarial frente a los abusos de las grandes potencias y compañías tecnológicas.
El director del Centro Nacional de Supercomputación será homenajeado en la “XIII Noite da Enxeñaría en Informática de Galicia” que se celebrará el 29 de octubre en el Hotel Oca Puerta del Camino en Santiago.
El Colexio Profesional de Enxeñaría en Informática de Galicia (CPEIG) otorga el Premio de la “XIII Noite da Enxeñaría en Informática de Galicia” al arquitecto de computadores Mateo Valero Cortés, director del Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación, impulsor de la supercomputación en España y Europa, y uno de los investigadores mundialmente más premiados en su campo.
La gala más importante de la informática en Galicia se celebrará el 29 de octubre en el o Hotel OCA Puerta del Camino de Santiago de Compostela, con un encuntro presencial y virtual que reunirá a las empresas más destacadas del sector TIC en Galicia. Los premios de la Noite corresponden a diez categorías donde los colegiados y colegiadas reconocen las iniciativas o personas destacadas en el ámbito de la ingeniería en informática.
El profesor Mateo Valero Cortés nació en Alfamén, provincia de Zaragoza, en 1952. Estudió ingeniería de Telecomunicaciones en la Universidad Politécnica de Madrid y fue el primer catedrático de informática de la Universidad Politécnica de Catalunya en 1983.
Valero ha dedicado la mayor parte de su actividad investigadora en el campo de la Arquitectura de Computadores, una de las disciplinas de la ingeniería clave en el desarrollo de las tecnologías de la información y las comunicaciones, y especialmente en su aplicación al diseño de los supercomputadores. En esos dos temas, tiene los tres reconocimientos más importantes a nivel mundial: el premio Eckert-Mauchly, en Arquitectura de Computadores, otorgado por las sociedades ACM (Association for Computing Machinery) e IEEE (Institute of Electrical and Electronics Engineers), así como el premio Seymour Cray, en Supercomputación, y el Premio Charles Babbage, en Computadores Paralelos, ambos galardones otorgados por el IEEE. Entre otros reconocimientos, ha sido galardonado con dos premios nacionales de investigación (Julio Rey Pastor, en 2001, y Leonardo Torres Quevedo, en 2006), es miembro de nueve academias científicas, doctor honoris causa por nueve universidades y el honor que guarda con más emoción es el bautizo de la escuela de Alfamén, donde estudió durante sus primeros años de vida, con el nombre de CEIP Mateo Valero.
Por sus significativas aportaciones, es considerado por muchos colegas de renombre y por la Comisión Europea, como la persona que más ha contribuido a la Arquitectura de Computadores en los últimos 25 años y como uno de los activos mejores del mundo, especialmente en campo de los procesadores vectoriales, superescalares y VLIW. Hasta la actualidad, es coautor de más de 700 publicaciones, de las que alrededor de 500 son en congresos, y el resto en revistas y libros.
Su actividad investigadora ha sido clave para la expansión del conocimiento y la aplicación industrial en arquitectura de computadores en España y Europa. Fue el primer investigador español en este campo, ha dirigido cerca de sesenta tesis doctorales y los doctorandos de sus doctorandos son más de 800. Su grupo ha sido considerado durante muchos años el mejor de Europa y de los mejores del mundo, teniendo en cuenta la calidad y volumen de publicaciones. A nivel europeo, ha impulsado la creación de redes de excelencia, como Hipeac, y programas de investigación financiados por la Comisión Europea, como la iniciativa Advanced Computer Architecture del programa FET (Tecnologías Futuras y Emergentes) del IST (Programa de Tecnologías de la Sociedad de la Información), que dedicó más de 700 millones de euros a investigaciones en este ámbito.
Durante los últimos años, Mateo Valero ha centrado su empeño en conseguir que la Unión Europea impulse el diseño de microprocesadores desarrollados en Europa, para aumentar la competitividad de las empresas y garantizar la seguridad en el tratamiento de la información digital. Actualmente su investigación se centra en el desarrollo de procesadores de código abierto basados en la tecnología RISC-V para la construcción de futuros superordenadores.
“Hoy en día los procesadores son fundamentales para nuestra economía, nuestra seguridad y para la privacidad de nuestros datos. Europa tiene una gran dependencia en este campo y solamente con el desarrollo de componentes propios podrá alcanzar un nivel aceptable de soberanía tecnológica”, afirma el profesor Valero.
Pionero en la creación de centros de investigación en supercomputadores
Valero ha sido pionero en la creación de centros de investigación en supercomputadores en España: CEPBA (1991), CIRI (2000) y finalmente el Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación (2005), del que es fundador y director desde su creación. En la actualidad, el BSC-CNS cuenta con más de 750 personas, de los cuales más de 600 son investigadores que se dedican a las Ciencias de la Computación, Ciencias de la Ingeniería, Ciencias de la Vida, Ciencias de la Tierra e Ingeniería, y que tienen en común el uso de supercomputadores para realizar su investigación.
El BSC-CNS también ofrece servicios a la comunidad científica española y europea, siendo su principal infraestructura el conocido supercomputador MareNostrum, además de promover la Red Española de Supercomputación (RES), que da soporte a las necesidades de numerosos grupos de investigación en España. Así mismo, impulsó y coordinó la Red Iberoamericana de Supercomputación (RISC) para aunar los esfuerzos de investigación en el ámbito de la computación de altas prestaciones (HPC) en Latinoamérica.
“La evolución de los supercomputadores, en la que confluye la creciente capacidad de manejar volúmenes ingentes de datos y la inteligencia artificial, permite dar respuesta a grandes retos sociales como el cambio climático, la medicina personalizada, los nuevos materiales, o la investigación contra la Covid-19”, explica Mateo Valero.