El informe destaca que muchos riesgos ya han alcanzado niveles críticos y podrían llegar a ser catastróficos si no se toman medidas urgentes y decisivas
La Agencia Europea del Medio Ambiente (European Environment Agency, EEA) publicó este lunes el informe de la primera Evaluación Europea del Riesgo Climático (European Climate Risk Assessment, EUCRA), en la que han participado tres expertos climáticos del Departamento de Ciencias de la Tierra del Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS).
En el informe, la agencia advierte que la Unión Europea no está preparada ante unos riesgos climáticos que aumentan más rápido que las políticas de contención y prevención para frenarlos, que van varios pasos por detrás. Concretamente, los expertos destacan hasta un total de 36 riesgos climáticos importantes, con graves consecuencias tanto humanas como económicas y políticas (incluso se habla de “turbulencias políticas”), que requieren “medidas urgentes e inmediatas”, puesto que hay en juego “cientos de miles de vidas” y pérdidas por valor de hasta un billón de euros anuales.
Uno de los expertos climáticos del BSC que han contribuido en el informe es el profesor ICREA Francisco Doblas-Reyes, director del Departamento de Ciencias de la Tierra, quien ha coliderado el capítulo 2 del informe. En este capítulo se describen los factores climáticos y no climáticos responsables de los riesgos en Europa. En particular, en él se realiza la evaluación de la información climática más detallada hasta el momento del clima europeo en el pasado reciente y en el futuro hasta final de siglo, incluyendo una lista de "wildcards" o factores sorpresa.
Según el profesor Doblas-Reyes: “El informe ilustra el camino que queda por recorrer para obtener información y tener en cuenta muchos factores climáticos y no climáticos que están detrás de un número de riesgos que hasta ahora se han infraestimado”. Y añade: “Estos factores incluyen la posibilidad de sorpresas como fenómenos meteorológicos extremos o eventos socioeconómicos que pueden alterar de forma significativa la trayectoria conjunta de los sistemas climático y socioeconómico más probable considerada hasta ese momento”.
También ha participado en la elaboración del informe la profesora ICREA Rachel Lowe, líder del grupo en Resiliencia en Salud Global (Global Health Resilience, GHR) del mismo departamento. La profesora Lowe está especializada en el codiseño de herramientas de apoyo a la toma de decisiones relevantes para las políticas con el fin de mejorar la vigilancia, la preparación y la respuesta a los retos sanitarios mundiales, centrándose en las enfermedades infecciosas sensibles al clima. Su contribución al informe se ha enmarcado en la recopilación de una base empírica sólida que sirva de apoyo a las políticas de la UE en materia de salud climática, desempeñando un papel destacado en el análisis de la salud humana y las enfermedades infecciosas y las líneas argumentales. Según la profesora Lowe: “Es urgente una coordinación entre la UE y los Estados miembros, incluida la aplicación de programas de control de enfermedades infecciosas, sistemas de alerta temprana, planes de acción sanitaria y estrategias de adaptación, con el fin de aumentar la resiliencia frente a las amenazas sanitarias emergentes”.
La tercera contribución del BSC viene de la mano de la Dra. Marina Baldissera, del grupo de Servicios del Sistema Terrestre (Earth System Services, ESS) del Departamento de ES. La Dra. Baldissera es investigadora en ciencias sociales relacionadas con el clima. Ha dirigido el innovador capítulo 10 del informe, “Regiones ultraperiféricas de la UE”, que trata de los riesgos en las regiones situadas fuera de la Europa continental, principalmente las islas.
Según el informe, el problema de muchas políticas europeas es que son graduales, es decir, que no están previstas para incorporar medidas de choque en los sistemas, y están pensadas para implementarse a largo plazo. Pero algunos de los riesgos señalados en el informe que ahora se presenta requieren una acción “urgente y contundente” si no se quiere que acaben siendo “catastróficos”, incluso a corto plazo.